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Durante 2 semanas en Bonn, Alemania, se desarrolló la 23 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP23). Durante las negociaciones los países trabajaron en puntos cruciales para la urgente implementación del Acuerdo de París, que permitirá que el aumento de temperatura no sobrepase los 1.5°C.

La canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa, destacó por su intervención en nombre del Grupo negociador G77+China (que agrupa 134 países) y sostuvo que se necesita avanzar prioritariamente en el financiamiento del Fondo Verde para el Clima (FVC), que permite captar recursos financieros de los países desarrollados para que las naciones en desarrollo y más vulnerables puedan afrontar las consecuencias del cambio climático. El FVC espera contar con 100 mil millones de dólares anuales a partir del 2020. Sin duda uno de los grandes retos de los próximos años será avanzar en ese tema.

Espinosa recordó también que el planeta ya afronta las variaciones del clima, a través de graves inundaciones, derretimiento de glaciares, sequías, que además son amenazas para la seguridad alimentaria; e hizo un llamado para proteger a las mujeres, niños, niñas, migrantes y refugiados quienes son los más afectados por el cambio climático, considerado la amenaza global más grande de este siglo.

Temas clave: agricultura, seguridad alimentaria y conocimientos locales

Durante la COP23 hubo dos avances muy importantes para el contexto latinoamericano. El primero referido a la aprobación de un plan de trabajo para la agricultura. Enrique Maurtua, director de Cambio Climático de la Fundación de Ambiente y Recursos Naturales de Argentina, explica que los países en las próximas reuniones discutirán temas en relación a: la adaptación de la agricultura frente al cambio climático, mejorar la capacidad de carbono en los suelos, el sector ganadero y las emisiones de GEI, la seguridad alimentaria, entre otros. “Habrá conversaciones intensas en países de Latinoamérica como Argentina, Uruguay y Brasil que tienen intereses muy marcados en el sector de la agricultura”, sostuvo Maurtua.

El segundo tema y que es considerado un hito es la creación de una plataforma para conocimientos locales, en la cual se resaltará el aporte tradicional, por ejemplo, de los grupos indígenas para afrontar el cambio climático, pero además se da un reconocimiento a sus capacidades ancestrales.

Resultados de la COP23 para implementar el Acuerdo de París

-Diálogo de Talanoa: Se activa y pone en movimiento el plan para acelerar la acción climática con el fin de limitar el aumento de la temperatura. Las Partes han decidido que el diálogo tendrá una fase preparatoria y otra política que será liderada por las presidencias de la COP23 y la COP24, esta última se llevará a cabo en Polonia del 3 al 14 de diciembre del 2018. Durante el diálogo, las Partes deberán considerar el informe sobre sobre 1.5°C que será presentado el próximo año por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC). Durante la etapa política, que se llevará a cabo en presencia de los ministros en la COP24, se reportarán las NDC que se espera contengan metas y acciones más ambiciosas de reducción de emisiones, sobre todo de los países con mayor responsabilidad.

“Los países de América Latina presentaron en el 2014 su primera NDC, pero todos sabemos que esas contribuciones, más las del resto del mundo, no son suficiente; por lo tanto, debemos hacerlas más exigentes gradualmente, hay que empezar desde ahora”, indicó Manuel Pulgar-Vidal, actual líder de Clima y Energía de WWF. Además, agregó que será muy necesario el trabajo de la mano con el sector privado para poder elevar la ambición.

-Acciones más ambiciosas pre 2020: Algunos países demostraron que ya están avanzando en acciones de mitigación y adaptación previo al 2020, aunque se requiere hacerlo con más urgencia y mayor ambición. Durante la COP23 quedó claro que si existe ambición antes del 2020 se puede sentar una base sólida para que exista una mayor ambición post 2020, y por ende se apostará por NDC’s más robustas. Los negociadores deberán avanzar en la ratificación de la llamada “Enmienda de Doha”, referente a los compromisos de reducción previos al 2020. El Diario de España explica que “el documento tiene un enorme valor simbólico para los países en desarrollo ya que quieren asegurarse de que los principales responsables del cambio climático han hecho sus deberes, previo al Acuerdo de París, en el que por primera vez tienen obligaciones, para ellos poder hacer los suyos.

Países latinoamericanos presentan acciones concretas para cumplir con sus compromisos climáticos

Durante la COP23 varios países de Latinoamérica presentaron avances en torno a su compromiso climático (NDC). Es importante evidenciar estos aportes porque permite saber “dónde estamos”, considerando que nos queda poco tiempo para que empiece a implementarse oficialmente el Acuerdo de París (2020), y para ese entonces, los países ya deben tener claro cómo aumentar la ambición.

-Argentina es un caso interesante, puesto que fue uno de los 3 primeros países del mundo en presentar su NDC revisada en la COP22 en Marrakech. Durante la COP23 se dio a conocer el plan para su implementación, con más de 40 medidas planteadas, que cubren 6 sectores; en los que energía, bosques y transporte representan más del 90% de las emisiones, que se propone reducir el país. En caso de contar con apoyo para cumplir la meta en forma temprana, Argentina alcanzaría su pico de emisiones al 2020 según sus proyecciones, a partir de lo cual empezaría a reducirlas.

Desde el 2016, Argentina cuenta con un Gabinete Nacional de Cambio Climático, liderado por el presidente Mauricio Macri, que reúne a 12 ministerios encargados de guiar el proceso de revisión de la NDC.

-Uruguay presentó su primera NDC en esta COP. Su meta de reducción de emisiones es al 2025 e incluye una indicación de aumentar la ambición al 2030. La NDC plantea reducir 50% de emisiones en relación al PBI de 1990, e incluye una meta de 30% de reducción de intensidad de emisiones en la producción de alimentos. Esta meta en particular es importante porque su producción de comida y bienes beneficia a muchos países. Además, plantea conservar el 100% de las reservas actuales de plantaciones y bosques nativos, para proteger su biodiversidad. Estas metas son adicionales a lo ya logrado por el país de generar el 96% de su electricidad a través de energía renovable.

-Perú llegó a la COP23 con el mensaje: “Ya estamos trabajando en la implementación de nuestra NDC”. Se han establecido 51 acciones en adaptación y mitigación con sus debidos presupuestos. El Grupo Técnico Multisectorial de Cambio Climático continuará trabajando los siguientes meses para determinar cuáles son las brechas que quedan para poder cumplir el compromiso asumido por el país (reducir 30% de emisiones al 2030, 10% condicionada a apoyo financiero adicional). Además, la Ley de Cambio Climático, que será aprobada este año, fortalecerá la institucionalidad para el cumplimiento de los compromisos sectoriales que pasarán a ser obligatorios.

-En relación a las NDC, PNUD, Alemania, España y la Unión Europea lanzaron durante la COP23 un programa de apoyo a las NDC de 42 millones de euros, para ayudar a los países a cumplir con el Acuerdo de París.

Los temas que quedaron pendientes

En el tema de financiamiento no hubo el avance esperado, puesto que se esperaba mayor claridad sobre el proceso para llegar a la meta de los 100 mil millones de dólares anuales a partir del 2020. De acuerdo a Sandra Guzmán, coordinadora de GFLAC, “el financiamiento es clave para alcanzar los compromisos adoptados en el Acuerdo de París, pero aún se debe definir la manera para que el Fondo de Adaptación sea parte de este tratado”.

En relación al Fondo de Adaptación, se superó la meta del 2017 gracias a que países como Alemania y Suecia contribuyeron con 50 millones y 18 millones de euros, respectivamente. El fondo cuenta actualmente con 93 millones de dólares.

Sobre el mecanismo de pérdidas y daños se está terminando el tiempo y se cierra la ventana para poder presionar a los países desarrollados a trabajar más en este tema, dada la urgencia de brindar herramientas a los países vulnerables de recuperarse luego de eventos climáticos extremos.

Fuente: Conexión COP22.