Argentina ratificó el Acuerdo de París

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148 votos afirmativos, cuatro negativos y una abstención (155 eran en total los presentes). Así resultó el conteo que definió la ratificación argentina del acuerdo de París, esta tarde, en la Cámara de Diputados.

Ya habiendo obtenido media sanción en Senadores semanas atrás, la decisión posiciona al país a la vanguardia de los esfuerzos internacionales para luchar contra el cambio climático, dado que es el 24to en hacerlo, segundo en el continente latinoamericano (Perú hizo lo propio poco atrás) y segundo también del G20 (Corea del Sur fue el primero).

“Este acuerdo surge de las cenizas de dos fracasos: el Protocolo de Kyoto y la COP15 de Copenhague (en 2009), de donde debía surgir este acuerdo”, afirmó el diputado Juan Carlos Villalonga, en su intervención previo a la votación, al tiempo en que reparó en una de las diferencias entre uno de esos fallos y el actual texto: “El Protocolo de Kyoto tardó ocho años en ratificarse. El acuerdo de París quizás un año. Ojalá eso ocurra”.

Por su parte, el diputado del Partido Obrero Pablo López, al que perteneció uno de los cuatro votos negativos, catalogó al acuerdo como “una farsa”. Y el formoseño Luis Basterra, del Frente para la Victoria, apuntó: “Es un gran avance y aspiramos que acompañen el acuerdo los países más poderosos”.

El documento fue adoptado el 12 de diciembre de 2015, al finalizar la 21ª sesión de la Conferencia de las Partes (COP21), por los 195 países Parte que componen la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Este –que obtuvo un récord de más de 170 rúbricas al abrir a firmas el 22 de abril durante la Asamblea de las Naciones Unidas, en Nueva York– establece la meta de contener el aumento de la temperatura media global por debajo de los 2°C respecto de los niveles pre-industriales hacia fin de siglo y de hacer esfuerzos para que este no supere 1,5°C. Con un planeta que, a la fecha, ya se calentó 1°C, el desafío no es menor.

Se trata, en resumidas cuentas, de apuntar hacia la descarbonización de la economía mundial. Así lo plantea el texto parisino en su artículo 4.1: “Las partes se proponen lograr que las emisiones mundiales de GEI alcancen su punto máximo lo antes posibles (…) y, a partir de ese momento, reducir rápidamente las emisiones de GEI, de conformidad con la mejor información científica disponible, para alcanzar un equilibrio entre las emisiones (…) y la absorción (…)”. En palabras de Enrique Maurtua Konstantinidis, director de Cambio Climático de Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), esto implica que “hacia la mitad de este siglo, no se van a usar más los combustibles fósiles”. Dicho de otro modo, con este acuerdo, “que habla de apuntar a una carbono neutralidad, de seguir la ciencia y mantenerse debajo de 1,5°C, está claro que los combustibles fósiles no van más”.

La entrada en vigor del acuerdo, de todos modos, solo sucederá treinta días después de que 55 países partes, representando 55% de las emisiones de gases de efecto invernadero globales, hayan entregado sus instrumentos de adhesión o ratificación.Hasta ayer, eran 23 los países que lo habían hecha y 1.08 el porcentaje de las emisiones cubierto. Con el paso que dio la Argentina esta tarde, suman 24 países y casi 2% las emisiones.

Fuente: cronista.com