Las potencias y los principales emisores del mundo se comprometen con el cambio climático

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China, EE.UU., y Brasil anunciaron esta semana sus metas en términos de reducción de gases de efecto invernadero. La idea es encontrar un nuevo marco que reemplace al protocolo de Kioto.

El objetivo es que la temperatura media del planeta no suba dos grados centígrados más, la frontera estimada por los científicos a partir de la cual los impactos del calentamiento global pueden ser realmente graves. De cara a la 21 {+a} Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP21), que se realizará en París entre noviembre y diciembre, las potencias y algunos de los principales emisores del mundo anunciaron sus compromisos.

Hasta ahora 43 países, de los 196 que integran la Convención, han presentado sus contribuciones a la mitigación de emisiones contaminantes. Esos países representan el 65% de las emisiones. Como se acordó en Lima el año pasado en la última Conferencia, todos los estados tienen que presentar antes del 1 de octubre compromisos «cuantificables» de reducción de gases de efecto invernadero de una manera «clara, transparente y entendible por todos».

Esta semana fue el turno de China, Brasil, India y la ratificación de los compromisos de EE.UU. Tras la esperada reunión entre los presidentes Dilma Rousseff y Barack Obama, Brasil prometió el martes que para 2030 habrá restaurado y reforestado 12 millones de hectáreas. Además, aseguró que planea expandir el uso de fuentes de recursos renovables, más allá de la hidroeléctrica, entre 28% y 33% para 2030.

A pesar de que Brasilia no ha entregado de forma oficial sus compromisos, el anunció dio luces de lo que buscará el país.

Además, ambos países revelaron una serie de compromisos sobre cambio climático con los que esperan potenciar las negociaciones para lograr un acuerdo global «ambicioso y equilibrado» en la cumbre de la ONU.

Estados Unidos ya envió el pasado marzo su compromiso particular en las negociaciones globales sobre el clima, que consiste en reducir para 2025 sus emisiones de efecto invernadero entre un 26% y un 28% respecto a los niveles de 2005. Este compromiso supone alrededor del doble de la actual tasa de reducción de emisiones, y en la zona más alta del espectro encaminaría a EE.UU. directamente a la reducción profunda de sus emisiones, del orden de un 80% a mediados de siglo. Unas cifras necesarias para conseguir la eliminación gradual de la dependencia de los hidrocarburos.

Por su parte, China fue la revelación de la semana. Por primera vez el país presentó su aporte a nivel concreto. El Primer Ministro Li Keqiang informó el miércoles que la nación más poblada del mundo y principal emisora de contaminación, responsable del 26% de las emisiones mundiales, buscará reducir en un 60% o 65% la intensidad de su economía de carbono respecto a 2005. Además, esperan subir a 20% para 2030 el porcentaje de su energía primaria que provendrá de fuentes no fósiles.

India, en cambio, fue menos clara. El país anunció el jueves que presentará planes para reducir las emisiones, pero no anunciará una fecha para cuando espera que comiencen a caer.

A estos esfuerzos se suman los ya anunciados por el G7 en Alemania. Los líderes de EE.UU., Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá reafirman su intención de caminar hacia un modelo libre de emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento.

Mientras, la Unión Europea adelantó en febrero pasado que se ofrecerá a reducir en al menos un 40% sus emisiones para 2030 durante esta cumbre, con respecto a los niveles de 1990.

Años calurosos

La sociedad toma una mayor conciencia y también lo hacen las autoridades. El llamado que en algún minuto intentó hacer el ex vicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, con su documental «Una verdad incómoda», hoy lo realizan también otros líderes como el Papa Francisco, quien dedicó su última encíclica al Medio Ambiente y al Cambio Climático.

Es que catorce de los 15 años más calurosos desde que existen registros han tenido lugar en el siglo XXI, y el año pasado fue el más cálido de toda la historia registrada. Las emisiones de gases de efecto invernadero siguen al alza y, según el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC, por su sigla en inglés), han llegado ahora a niveles desconocidos desde hace al menos 800.000 años.

«El escepticismo climático ha disminuido. Y aún más importante, el escepticismo de lo que los países pueden lograr ha disminuido, particularmente porque la gente siente y ve los efectos del cambio climático más y más cada año», comenta a «El Mercurio» Amanda Maxwell, directora de Proyectos para América Latina del Natural Resources Defense Council.

De acuerdo a los científicos del IPCC, un alza de dos grados representaría un riesgo sustancial para que se produzca un punto de inflexión climático que podría tener impactos no tolerables sobre el bienestar humano: entre otras consecuencias, la desaparición del hielo estival ártico y el derretimiento de las capas de hielo de Groenlandia y de la Antártica occidental, olas de calor, huracanes que se producirían fuera de temporada, sequías e inundaciones.

Nuevo marco

Las propuestas dentro de las llamadas contribuciones nacionales previstas serán la base para encontrar un nuevo marco para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero que reemplace a partir de 2020 al Protocolo de Kioto. La principal diferencia entre ambos será que en el caso del de Kioto, donde el control de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero solo vinculaba a algunas economías, la intención del acuerdo de París es que incluya a todos los países, pero también a empresas y autoridades locales.

«Los países desarrollados deben hacer el esfuerzo mayor, en cuanto a metas de mitigación y políticas de adaptación, la diversidad socioeconómica no permite un planteo muy homogéneo», dice a «El Mercurio», Vicente Barros representante del IPCC.

Es debido a esto que los anuncios son proporcionales a las capacidades de los países. A pesar de que para esta conferencia se ha visto una mayor iniciativa, aún falta por resolver otro de los puntos clave de cara a París: el financiamiento de las medidas contra el calentamiento global, principalmente cómo dotar al Fondo Verde del Clima de 100.000 millones de dólares al año a partir de 2020, un dinero destinado a apoyar a los países más vulnerables. Aquí podrían surgir nuevas discusiones.

Reunión de alto nivel

La Conferencia de París, que se realizará entre el 30 de noviembre y el 11 de diciembre este año, será la primera reunión de la COP al más alto nivel -en términos de participación de jefes de Estado y gobierno- desde la fracasada cumbre de Copenhague en 2009. Se esperan 50.000 personas.

Fuente: El Mercurio 04 de julio 2015.


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