Comenzó la COP25 con un llamado de los científicos a que les pidan lo necesario para avanzar

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La ciencia, como una de las armas en el combate contra el cambio climático, es la apuesta de las autoridades para convencer a los gobiernos de tomar las decisiones correctas. Fuente: El Mercurio, 3 de diciembre de 2019.


‘Es muy complejo tomar medidas, los procesos son complicados. Nos damos cuenta del reto que tienen ustedes para lograr el cambio sin precedentes que necesita la sociedad, a corto y largo plazo. Dígannos qué necesitan de nosotros, los científicos’, dijo Hoesung Lee, presidente del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el cambio climático (IPCC), en la ceremonia de inauguración de la COP25 ayer en Madrid, España.

El llamado de la autoridad científica fue a los tomadores de decisiones y a los responsables de las negociaciones. ‘Creemos que nuestro trabajo ha llegado al núcleo de todos los negociadores y ha superado las barreras a nivel científico; a pesar de que ha mejorado la comprensión del cambio climático, es evidente que no estamos haciendo suficiente, ni siquiera nos estamos acercando a lo que tenemos que hacer para controlar esta situación’, continuó. El llamado fue realizado al inicio de las dos semanas de negociaciones, donde 196 países se sentarán a discutir cómo combatir el cambio climático.

El artículo 6 del Acuerdo de París, que busca poner las reglas al financiamiento de este combate, y el compromiso del aumento de la ambición climática por parte de los países son parte de lo que se espera consensuar. Si bien esta COP no es el plazo final para ambas discusiones, se espera que se logren avances considerables. Lo anterior, porque la ciencia ha encontrado cada vez más evidencia de que los plazos que se creía tenía el mundo, en la guerra contra el calentamiento global, se han acortado considerablemente. La semana pasada, Naciones Unidas entregó su informe anual de brecha de emisiones. En él se establece que, incluso si se cumplen los compromisos de recortes de contaminantes establecidos en el Acuerdo de París, la temperatura promedio se elevará en 3 °C.

Hoy las promesas de los países ni siquiera llegan a completar lo que se acordó en la ciudad gala. El secretario general de la ONU, António Guterres, ayer hizo alusión a ese acuerdo. ‘Fue una promesa solemne. No hay tiempo ni razones para el retraso. Tenemos las herramientas, la ciencia y los recursos’, dijo, haciendo nuevamente hincapié en los datos ‘unánimes’ que los científicos han aportado. Desde el lado de Chile, el mensaje grabado del Presidente Sebastián Piñera y la intervención en directo de la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt, destacaron el rol fundamental que ha tenido la ciencia, tanto para el diagnóstico del cambio climático como para la búsqueda de soluciones.

‘Creo que es un buen llamado de atención y, a la vez, una buena noticia por la preponderancia que se le está dando a la ciencia’, opina desde Chile Iván Franchi, investigador del Centro de Investigación para la Sustentabilidad (CIS) y académico de la Escuela de Ciencias Ambientales y Sustentabilidad, ambos de la Universidad Andrés Bello. ‘Con el informe del IPCC (que plantea que detener el aumento de la temperatura en 1,5 °C es la única manera de salvar el planeta y las especies) ya no hay vuelta atrás respecto de la importancia de la ciencia’, opina.

Disposición mundial

Rodrigo Catalán, director de Conservación de WWF Chile, coincide desde Madrid. ‘Con la intervención del presidente del IPCC en la ceremonia de inauguración se dio una señal de la importancia que tendrá la ciencia en las negociaciones. Además del informe del ‘1,5’, este año el IPCC también entregó documentos sobre los océanos, la criósfera y el uso de suelos. ‘La tendencia nos hace esperar que con ellos la ciencia tenga en esta COP, al igual que en el Acuerdo de París, un rol decisivo’, explica. ‘La comunidad científica en todo el mundo está dispuesta a buscar soluciones donde se necesiten’, dice Iván Franchi.

‘El mejor ejemplo de ello son los 500 científicos que se inscribieron ad honorem en las mesas de trabajo que convocó el Ministerio de Ciencia’ en Chile, agrega. Parte de este trabajo implica vincular los datos científicos con los problemas reales de la gente, sobre todo a un nivel local, continúa el especialista. Por ello es tan relevante que la ciencia tenga un espacio en la negociación. Ayer, Mario Molina, Premio Nobel de Química en 1995, recordó en Madrid que ‘los científicos podemos contribuir, pero debe ser la sociedad la que tiene que actuar’.


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