Opinión de Flavia Liberona sobre los acuerdos y alcances de la reunión Intersesional sobre Cambio Climático realizada en Bonn entre los días 17 y 27 de junio. Fuente: El Mostrador, 29 de junio de 2019.
La reunión Intersesional sobre Cambio Climático ha concluido y entramos en la recta final hacia la COP 25 en Chile. Si bien quedan algunos hitos en el camino, la reunión de Bonn era muy importante pues tenía como propósito avanzar en muchos temas en relación con la ejecución e implementación de acuerdos anteriores que se han estado trabajando en las negociaciones climáticas internacionales – donde los acuerdos son siempre por consenso -, y aunque los avances esta vez existieron, fueron pocos para lo que realmente necesitamos como humanidad.
No se trata de ser catastrofista: la ciencia ha mencionado majaderamente que si no reducimos las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero de forma drástica, la temperatura del planeta aumentará 4 grados (lo que puede sonar poco, pero en términos biológicos es realmente demasiado). El último reporte de Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés) indica que para cumplir con la meta del Acuerdo de París en que la temperatura media del planeta no sobrepase un aumento de 1.5°C en este siglo, las actuales emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) deben disminuir en 50% al año 2030 y lograr la carbono neutralidad mundial al año 2050. Aun se puede lograr esto, pero hay que actuar ya.
Por ello Chile en su rol de presidencia de la COP25 debe mostrar liderazgo, tal como Francia lo hizo para la COP 21. No podemos seguir en la lógica de avanzar en la medida de lo posible, cuando la vida de muchas especies biológicas (incluidas muchas comunidades humanas) está en juego. Nuestro país no es la excepción, somos extremadamente vulnerables a los efectos del cambio climático y, por tanto, candidatos a sufrir sus efectos o sea tener daños severos.
La reunión Intersesional que finalizó este jueves 27 de junio en Bonn, Alemania, tuvo un fuerte bloqueo una vez más por Arabia Saudita liderando aquellos intereses ligados a los combustibles fósiles. Aún así, el llamado de muchos grupos de negociación -que representan países afines- fue un llamado a respetar y valorar lo que la ciencia ha indicado en su último reporte, es decir, que debemos generar acciones urgentes para que la temperatura media mundial hacia fines de siglo no aumente más de 1.5 grados, tomando como base las temperaturas medias de la era pre industrial. El mismo llamado hizo Patricia Espinosa, Secretaria Ejecutiva de ONU para Cambio Climático, y lo propio hicieron los grupos de sociedad civil y jóvenes que llegaron a la reunión.
En la plenaria final en Bonn, la mayoría de los grupos de negociación hicieron un llamado a valorar y escuchar la ciencia, demostraron sus ganas de avanzar, aunque haya grupos pequeños que bloquean los esfuerzos. La COP 25, independiente de aquellos que se oponen, tiene la importancia de ser justamente el paso previo para que el Acuerdo de París comience su implementación sin barreras en la COP26. Además, Chile debe jugar un rol destacado en reconocer los informes del IPCC y comprometer a los países miembros a aumentar la ambición climática de las contribuciones nacionales que ya se encuentran comprometidas.
Esta es una gran oportunidad para el gobierno de nuestro país si logra demostrar con el ejemplo liderazgo. En Bonn, 26 países se comprometieron a esto y Chile debería unirse para demostrar con el ejemplo la responsabilidad que implica ser un líder a nivel internacional.
La Ministra Carolina Schmidt indicó en reiteradas ocasiones que esta COP necesita ser ambiciosa, lo cual es cierto, pero el gran desafío es salir del discurso y que efectivamente nuestro país facilite, lidere y proponga acciones concretas para que esta COP no sea otro fracaso, ni tampoco una COP anticientífica como fue la COP pasada celebrada en Polonia.
Actualmente el equipo de negociación chileno supera las 30 personas, lo cual es una excelente noticia, porque anteriormente nuestro país contaba con un equipo reducido. Es de esperar que esta delegación no disminuya con el paso del tiempo. Estos negociadores, liderados por la Ministra Schmidt, tienen la gran responsabilidad de avanzar sin miedos hacia una COP que valore y respete los esfuerzos científicos, que promuevan la justicia climática y los derechos humanos por sobre los intereses de las compañías. Tienen la responsabilidad de actuar y promover mayores compromisos, asumiendo con fuerza los fundamentos de la Convención Marco sobre Cambio Climático, que se originó al alero de la ciencia.
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