Las concentraciones de gases de efecto invernadero se disparan una vez más: nuevo récord en 2023

Solo un recorte de emisiones liderado por el G20 limitará el calentamiento global, advierte la ONU
4 noviembre, 2024
El Instituto Mundial de Recursos da la voz de alarma sobre el estrés hídrico: la falta de agua amenaza a una cuarta parte de los cultivos del mundo
4 noviembre, 2024

Las concentraciones de gases de efecto invernadero alcanzaron un nuevo récord en 2023 y, por tanto, condenan el planeta a muchos años de aumento de las temperaturas, según un informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Nunca antes en la historia de la humanidad la acumulación de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera había sido tan rápida: en solo dos decenios, el aumento supera el 10 %. Fuente: OMM, 28 de octubre de 2024.


  • En solo 20 años, las concentraciones de CO2 han aumentado un 11,4 %.
  • La larga persistencia del CO2 en la atmósfera hace inevitables futuras subidas de las temperaturas.
  • El Niño y los incendios forestales intensificaron el incremento de las concentraciones a finales de 2023.
  • La eficacia de los sumideros de carbono, como los bosques, no puede darse por sentada.
  • Debemos comprender mejor la retroalimentación entre carbono y clima.

Durante 2023, las emisiones de CO2 causadas por enormes incendios forestales y una posible reducción de la absorción de carbono por parte de los bosques, combinadas con unas emisiones de CO2 permanentemente elevadas fruto de la quema de combustibles fósiles para llevar a cabo actividades humanas e industriales, impulsaron el aumento observado en las concentraciones, según el Boletín de la OMM sobre los Gases de Efecto Invernadero que la Organización publica cada año.

En 2023, el promedio mundial de la concentración en superficie de CO2 alcanzó 420,0 partes por millón (ppm). En el caso del metano (CH4), se situó en 1 934 partes por mil millones (ppmm), y en el del óxido nitroso (N2O), en 336,9 ppmm. Se trata de aumentos respecto a los niveles preindustriales (antes de 1750) del 151 %, 265 % y 125 %, respectivamente. Estas cifras se basan en las observaciones a largo plazo obtenidas de la red de estaciones de monitoreo de la Vigilancia de la Atmósfera Global (VAG).

«Otro año, otro récord. Esto debería hacer saltar todas las alarmas entre las instancias decisorias. No hay duda de que estamos muy lejos de cumplir el objetivo del Acuerdo de París de mantener el calentamiento global muy por debajo de 2 °C con respecto a los niveles preindustriales y tratar de limitar el aumento de la temperatura a 1,5 °C con respecto a esos niveles. No son meras estadísticas. Cada parte por millón y cada fracción de grado de incremento de la temperatura conllevan consecuencias reales para nuestras vidas y nuestro planeta», declaró la Secretaria General de la OMM, Celeste Saulo.

El aumento de la concentración de CO2 en la atmósfera en 2023 fue superior al registrado en 2022, aunque inferior al de los tres años anteriores. El incremento de 2,3 ppm respecto al año anterior supuso que, por 12º año consecutivo, el aumento en la concentración de CO2 superara las 2 ppm.

El Boletín de la OMM sobre los Gases de Efecto Invernadero, cuyo 20º número se acaba de presentar, es una de las publicaciones emblemáticas de la Organización, y su objetivo es orientar la labor de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y la Conferencia de las Partes (CP) en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Durante estos 20 años, las concentraciones de CO2 han aumentado un 11,4 % (esto es, 42,9 ppm) respecto a las 377,1 ppm registradas en 2004 por la red de estaciones de monitoreo de la VAG de la OMM.

Conviene señalar que en el boletín se informa sobre las concentraciones de gases de efecto invernadero, no sobre los volúmenes de las emisiones. De los datos analizados se desprende que algo menos de la mitad de las emisiones de CO2 permanece en la atmósfera, el océano absorbe algo más de una cuarta parte, y los ecosistemas terrestres, algo menos del 30 %, si bien existe una considerable variabilidad interanual debido a fenómenos naturales como El Niño y La Niña.

El boletín complementa el Informe sobre la disparidad en las emisiones del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). Ambos documentos se han publicado antes de la celebración del 29º período de sesiones de la Conferencia de las Partes (CP 29) en Bakú (Azerbaiyán).

Durante los años en los que se produce un episodio de El Niño, las concentraciones de gases de efecto invernadero tienden a aumentar porque los sumideros terrestres de carbono son menos eficientes a causa de la mayor sequedad de la vegetación y los incendios forestales.

«Según el boletín, corremos el riesgo de vernos atrapados en un círculo vicioso. La variabilidad natural del clima desempeña una importante función en el ciclo del carbono. Pero en un futuro próximo, el propio cambio climático podría convertir los ecosistemas en importantes fuentes de gases de efecto invernadero. Los incendios forestales podrían liberar más emisiones de carbono a la atmósfera, mientras que el aumento de la temperatura de los océanos podría reducir su capacidad de absorción de CO2. Por tanto, se podría acumular más CO2 en la atmósfera y acelerar el calentamiento global. Estas retroalimentaciones climáticas son retos críticos para la sociedad», afirmó la Secretaria General Adjunta de la OMM, Ko Barrett.

De 1990 a 2023, el forzamiento radiativo (esto es, el efecto de calentamiento de nuestro clima) causado por los gases de efecto invernadero de larga duración aumentó un 51,5 %, siendo el CO2 el responsable de cerca del 81 % de ese incremento, según el índice anual de gases de efecto invernadero (AGGI) de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) citado en el boletín de la OMM.

Mientras continúen las emisiones, los gases de efecto invernadero seguirán acumulándose en la atmósfera, con la consiguiente subida de las temperaturas a escala mundial. Aunque las emisiones se redujeran rápidamente hasta alcanzar el cero neto, el nivel de temperatura observado actualmente persistiría durante varios decenios, porque el CO2 es un gas que permanece en la atmósfera durante períodos extremadamente prolongados.

La última vez que se registró en la Tierra una concentración de CO2 comparable fue hace entre 3 y 5 millones de años. Entonces, la temperatura era de 2 a 3 °C más cálida y el nivel del mar entre 10 y 20 metros superior al actual.

Two graphs showing CO2 data from 1985 to 2023. Top: CO2 mole fraction steadily rising. Bottom: CO2 growth rate fluctuating with peaks and troughs.
Promedio mundial de la concentración de CO2 a) y su tasa de aumento b) de 1984 a 2023. El incremento en las medias anuales sucesivas se muestra mediante columnas sombreadas en b). La línea roja en a) corresponde a la media mensual que resulta de suprimir la variación estacional; los puntos y la línea azules en a) representan los promedios mensuales.
Top graph shows increasing CH4 mole fraction from 1985 to 2020. Bottom graph displays CH4 growth rate fluctuations from 1985 to 2020, highlighting variability in the same period.
Promedio mundial de la concentración de CH4 a) y su tasa de aumento b) de 1984 a 2023. El incremento en las medias anuales sucesivas se muestra mediante columnas sombreadas en b). La línea roja en a) corresponde a la media mensual que resulta de suprimir la variación estacional; los puntos y la línea azules en a) representan los promedios mensuales.
Graph shows increasing N₂O mole fraction from 1985 to 2020 and variable N₂O growth rate over the same period.
Promedio mundial de la concentración de N2O a) y su tasa de aumento b) de 1984 a 2023. El incremento en las medias anuales sucesivas se muestra mediante columnas sombreadas en b). La línea roja en a) corresponde a la media mensual que resulta de suprimir la variación estacional; en este gráfico se solapa con la línea y los puntos azules, que representan las medias mensuales.

Dióxido de carbono

El CO2 es el gas de efecto invernadero relacionado con la actividad humana más abundante en la atmósfera, y contribuye en aproximadamente un 64 % al calentamiento del clima. Procede, principalmente, de la quema de combustibles fósiles y la producción de cemento.

El aumento de la concentración de CO2 en la atmósfera en 2023 fue superior al registrado en 2022, aunque inferior al de los tres años anteriores. El incremento de 2,3 ppm respecto al año anterior supuso que, por 12º año consecutivo, el aumento en la concentración de CO2 superara las 2 ppm. Cabe destacar que el aumento intraanual registrado durante el propio año 2023 fue uno de los más importantes (2,8 ppm).

El aumento en la concentración de CO2 a largo plazo se debe a la quema de combustibles fósiles, si bien los niveles de ese gas presentan diferencias interanuales a causa del fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), que influye en la captación fotosintética de CO2 y en su liberación a raíz del proceso de respiración, así como también en los incendios. En mayo de 2023, la Tierra pasó de un episodio de La Niña de tres años de duración a un episodio de El Niño.

En 2023, las emisiones mundiales de carbono generadas por incendios fueron un 16 % superiores a la media, el séptimo valor más elevado de entre todas las temporadas de incendios desde 2003. El Canadá vivió la peor temporada de incendios forestales de su historia, y Australia experimentó, entre agosto y octubre, su trimestre más seco del que se tiene constancia, que además estuvo acompañado de graves incendios forestales.

Metano

El CH4 es un potente gas de efecto invernadero que permanece en la atmósfera durante aproximadamente un decenio.

Es el causante de cerca del 16 % del efecto de calentamiento provocado por los gases de efecto invernadero de larga duración. Alrededor del 40 % del CH4 que se emite a la atmósfera procede de fuentes naturales (por ejemplo, humedales y termitas), mientras que cerca del 60 % proviene de fuentes antropógenas (por ejemplo, ganadería de rumiantes, cultivo de arroz, explotación de combustibles fósiles, vertederos y quema de biomasa).

El aumento de la concentración de CH4 en la atmósfera en 2023 fue menor al registrado en 2022, pero alcanzó un nivel sin precedentes para el quinquenio. Un análisis detallado indica un incremento de las emisiones de fuentes como los humedales y la actividad agrícola, que podría deberse, al menos en parte, a la retroalimentación climática en curso que intensifica aún más las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los sistemas naturales.

Óxido nitroso

El N2O es un potente gas de efecto invernadero y, al mismo tiempo, una sustancia química que agota la capa de ozono. Es el causante de cerca del 6 % del forzamiento radiativo provocado por los gases de efecto invernadero de larga duración.

Las emisiones de N2O a la atmósfera provienen de fuentes naturales (cerca del 60 %) y de fuentes antropógenas (aproximadamente el 40 %). Cabe citar, por ejemplo, los océanos, los suelos, la quema de biomasa, el uso de fertilizantes y diversos procesos industriales.

En el caso del N2O, el aumento entre 2022 y 2023 fue inferior al observado entre 2021 y 2022, que fue el mayor jamás registrado en nuestra historia moderna.