Un 40% de la tierra del planeta está degradada por actividades humanas, según la ONU

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Foto: Nicole Kramm

Hasta un 40% de la tierra del planeta está degradada sobre todo por actividades humanas, lo que afecta directamente a media humanidad y amenaza aproximadamente la mitad del PIB mundial, concretamente unos 44 billones de dólares (41,2 billones de euros). Fuente: La Vanguardia, 27 de abril de 2022.


Hasta un 40% de la tierra del planeta está degradada sobre todo por actividades humanas, lo que afecta directamente a media humanidad y amenaza aproximadamente la mitad del PIB mundial, concretamente unos 44 billones de dólares (41,2 billones de euros).

Así se recoge en la segunda edición del informe ‘Perspectiva global de la tierra’ (‘Global Land Outlook 2’, en inglés), elaborado por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (Cnuld, o Unccd por sus siglas en inglés).

Este informe insignia de la Cnuld se difundió este miércoles, antes de que Abiyán (Costa de Marfil) acoja del 9 al 20 de mayo la 15ª Conferencia de las Partes (COP15) de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.

El trabajo, publicado cinco años después de la primera edición, fue desarrollado por 21 organizaciones asociadas, incluye más de 1.000 referencias y ofrece advertencias severas y cientos de formas prácticas para realizar la restauración local, nacional y regional de tierras y ecosistemas.

El informe indica que, de continúan las tendencias actuales, en 2050 habrá un área adicional de 16 millones de kilómetros cuadrados de tierras degradadas, una superficie similar al tamaño de América del Sur.

El compromiso actual de las naciones de restaurar 1.000 millones de hectáreas degradadas para 2030 requiere destinar 1,6 billones de dólares (1,5 billones de euros) a lo largo de esta década.

“En ningún otro momento de la historia moderna la humanidad ha enfrentado tal variedad de riesgos y peligros familiares y desconocidos, interactuando en un mundo hiperconectado y que cambia rápidamente. No podemos darnos el lujo de subestimar la escala y el impacto de estas amenazas existenciales”, apunta el informe.

Según el secretario ejecutivo de la Cnuld, Ibrahim Thiaw, “la agricultura moderna ha alterado la faz del planeta más que cualquier otra actividad humana”. “Necesitamos repensar urgentemente nuestros sistemas alimentarios globales, que son responsables del 80% de la deforestación, el 70% del uso de agua dulce y la principal causa de la pérdida de biodiversidad terrestre”, añade.

BUENAS PRÁCTICAS

El informe ofrece cientos de buenas prácticas en todo el mundo que ilustran medidas específicas para combatir la degradación ambiental, restaurar la salud de la tierra y mejorar las condiciones de vida.

Algunas son la reconstrucción (reducción de la huella humana para permitir que los procesos ecológicos naturales se restablezcan) en el Gran Valle del Coa (norte de Portugal) y los humedales de Iberá (Argentina); la preparación para sequías y reducción de riesgos a través de programas nacionales en México, Estados Unidos y Brasil; la mitigación de tormentas de arena y polvo en Iraq, China y Kuwait, y restauración de tierras con perspectiva de género en Mali, Nicaragua y Jordania.

Las buenas prácticas pueden involucrar la agricultura en terrazas y contornos, la conservación y restauración de cuencas hidrográficas y la recolección y almacenamiento de agua de lluvia. Además de sus beneficios económicos, estas medidas mejoran la retención y disponibilidad de agua, previenen la erosión del suelo y los deslizamientos de tierra, reducen el riesgo de inundación, secuestran carbono y protegen el hábitat de la biodiversidad.

La Gran Muralla Verde de África, cuyo objetivo es restaurar los paisajes degradados del continente, ejemplifica “una iniciativa de restauración regional que adopta un enfoque integrado con la promesa de transformar la vida de millones de personas”, según el informe.

“El futuro de la biodiversidad es precario. Ya hemos degradado cerca de un 40% y alterado el 70% de la tierra. No podemos darnos el lujo de tener otra ‘década perdida’ para la naturaleza y debemos actuar ahora para un futuro de vida en armonía con la naturaleza”, recalca Elizabeth Mrema, Secretaria Ejecutiva, Convención de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica.