La emergencia climática ya tiene un impacto directo en la crisis económica y sanitaria

COP27: Lugar, fecha y quiénes asisten al evento climático de la ONU
2 noviembre, 2022
Alerta cambio climático: las emisiones de gases de efecto invernadero marcaron un récord histórico en 2021
2 noviembre, 2022

Foto: EFE/Geraldo Caso

Nuevos hallazgos científicos presentados en el séptimo informe global anual de The Lancet Countdown on Health and Climate Change revelan que los gobiernos y las empresas persisten en estrategias que amenazan cada vez más la salud y la supervivencia de todas las personas vivas y también de las generaciones futuras. Fuente: Expansión, 26 de octubre de 2022.


The Lancet, una de las cuatro revistas médicas decanas más importantes en el mundo, dedica en un último número un monográfico sobre los riesgos para la salud que implica el cambio climático. Una emergencia medioambiental, pero también económica y sanitaria que ya afecta a nuestra salud y condicionará el futuro de las generaciones venideras, según concluye el informe The Lancet Countdown, que recopila desde 2016 al evidencia científica sobre el fenómeno del cambio climático.

«La emergencia climática es una crisis humanitaria y sanitaria. Los fenómenos meteorológicos extremos, las olas de calor, la disminución de la calidad del aire, las alteraciones en la salubridad y cantidad del agua, la disminución de la seguridad alimentaria y los cambios en la distribución de vectores y la ecología nos amenazan a todos», señala el editorial de la revista The Lancet que recopila en un informe la evidencia científica al respecto de los riesgos para la salud que comporta el cambio climático.

«A medida que el planeta se calienta, los riesgos climáticos son cada vez más complejos, frecuentes e impredecibles, lo que agrava las vulnerabilidades e inequidades en la sociedad y provoca reacciones en cascada (…) en todos los seres vivos por no poder adaptarse a cambios medioambientales veloces y repentinos. Problemas que están poniendo ya a millones de personas en todo el mundo en riesgo inmediato de hambruna y muerte«.

«El informe de 2022 de The Lancet Countdown se publica cuando el mundo se enfrenta shocks sistémicos profundos y simultáneos«, continúan los científicos, que alertan de las consecuencias directas que tendrá estar abocados a un calentamiento global de 2,5% grados para el que la agenda 2030 ha demostrado no ser suficiente.

«Los países y los sistemas de salud siguen lidiando con los impactos sanitarios, sociales y económicos de la pandemia de Covid-19 mientras que la invasión rusa de Ucrania y una persistente dependencia excesiva de los combustibles fósiles han empujado al mundo a una crisis mundial de energía y coste de la de vida«, prosiguen los investigadores.

«A medida que se desarrollan estas crisis, el cambio climático aumenta sin cesar. Sus impactos cada vez peores están tirando abajo los cimientos de la salud y el bienestar humanos, lo que exacerba la vulnerabilidad de las poblaciones del mundo a las amenazas para la salud concurrentes».

En lo que respecta a Europa, en las últimas décadas se habían podido consolidar importantes avances en la salud pública que han podido atajar la mortalidad prematura y aumentar la esperanza de vida en casi años desde 1980. Los países europeos tienen algunos de los mejores sistemas de atención médica del mundo.

«Sin embargo, Europa enfrenta el desafío de varias crisis sin precedentes y superpuestas que perjudican la salud humana y los medios de subsistencia y amenazan la capacidad de adaptación: la pandemia de Covid-19, la invasión rusa de Ucrania, la mayor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial, desplazamientos de población, la degradación ambiental y la exacerbación de las desigualdades».

Europa está en un punto de inflexión

En comparación con la época preindustrial, el aumento medio de la temperatura del aire en la superficie terrestre europea supera en casi 1 °C al aumento medio de la temperatura mundial, y el verano de 2022 fue el más caluroso registrado en la historia, apuntan otros investigadores enThe Lancet Countdown in Europe, un proyecto colaborativo de 44 científicos líderes, establecida para monitorear los vínculos entre la salud y el cambio climático en Europa y para respaldar una respuesta sólida y basada en evidencia para proteger la salud humana.

«Siendo la tercera economía más grande del mundo y uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero, Europa es una parte interesada clave en la respuesta mundial al cambio climático y tiene la responsabilidad global y la oportunidad de liderar la transición para convertirse en una economía baja en carbono y más sana que le encamine a convertirse en una sociedad más resiliente», continúan

«El informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de 2022 expuso cuán peligrosamente cerca está el mundo de alcanzar puntos de no retorno impulsados por el clima. Los aumentos alarmantes de los peligros, vulnerabilidades, exposiciones e impactos relacionados con la salud del cambio climático en toda Europa muestran la necesidad urgente de establecer objetivos ambiciosos para mitigar el aumento de la temperatura global a menos de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales y estrategias de adaptación eficaces para aumentar la resiliencia ante las crecientes amenazas para la salud del cambio climático».

Los investigadores aportan pruebas que ponen en evidencia cómo la exposición de la población a las olas de calor aumentó en un 57% en promedio en 2010-19 en comparación con 2000-09, y en más del 250% en algunas regiones, poniendo a las personas mayores, los niños pequeños, las personas con condiciones de salud crónicas subyacentes y personas sin acceso a la atención sanitaria, con alto riesgo de morbilidad y mortalidad relacionadas con el calor.

«El calentamiento global observado entre 2000 y 2020 se ha asociado con un aumento estimado de la mortalidad relacionada con la temperatura en la mayoría de las regiones monitoreadas, con un promedio de 15,1 muertes adicionales por millón de habitantes por década», apuntan.

Además de los impactos directos en la salud, la exposición al calor también socava los medios de subsistencia de las personas y los determinantes sociales de la salud al reducir la capacidad laboral. La oferta de mano de obra en sectores altamente expuestos como la agricultar fue menor entre 2016 y 19 en comparación con 1965-94 debido a una mayor exposición al calor, añaden.

«El cambio climático también está impulsando eventos extremos relacionados con el clima cada vez más intensos y frecuentes en Europa, con impactos directos e indirectos en la salud, pérdida de infraestructura y costes económicos«.

Así, entre 2011 y 2020, el 55% de las regiones europeas sufrieron sequías estivales de extremas a excepcionales y los fenómenos extremos relacionados con el clima se asociaron con pérdidas económicas récord en 2021, por un total de casi 48.000 millones de euros.

Las condiciones ambientales cambiantes también están alterando el modo en que los patógenos se relacionan en el medio ambiente, lo que desemboca en una mayor transmisión de diversas enfermedades infecciosas.

«Un porcentaje cada vez mayor de aguas costeras en Europa muestran condiciones adecuadas para la transmisión del patógeno Vibrio no cholerae, la idoneidad climática para la transmisión del dengue aumentó en un 30% en la última década en comparación con la década de 1950, y el riesgo ambiental de brotes del virus del Nilo Occidental aumentó un 149% en el sur de Europa y un 163% en Europa central y oriental entre 1986 y 2020 en comparación con 1951 y 1985.

«Las temperaturas más cálidas también están cambiando las temporadas de floración de varias especies de árboles alergénicos, con temporadas de abedules, olivos y alisos comenzando 10-20 días antes que hace 41 años, afectando la salud de alrededor del 40% de la población en Europa que tiene alergias al polen«.

El informe menciona algunos de los progresos conseguidos, pero subraya que «la adaptación climática a menudo necesita competir por los escasos recursos financieros, y la promulgación de planes de adaptación por sí sola no es suficiente para promover la capacidad de adaptación. Con los impactos del cambio climático en aumento, los esfuerzos de adaptación deben acelerarse rápidamente e implementarse cuidadosamente junto con las estrategias de mitigación».

Europa debería alcanzar una emisión neta de gases de efecto invernadero cero para 2050 para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París. Sin embargo, las emisiones actuales de Europa son excesivamente altas, de 5,6 toneladas de CO2 por persona solo por combustibles fósiles para la producción de energía.

«Una respuesta tardía podría costar millones de vidas cada año, no solo al exacerbar los impactos del cambio climático en la salud, sino también debido a los cobeneficios directos e indirectos para la salud perdidos que podría generar una acción climática más ambiciosa. La quema continua de combustibles fósiles provocó 117.000 muertes en 2020 por exposición a partículas de menos de 2,5 mm de diámetro (PM2,5) en la contaminación del aire, siendo el sector del transporte el principal contribuyente».

Igualmente, el carbón contribuyó al 12% del suministro total de energía en Europa en 2020, una fuente de combustible ineficiente que contribuye sustancialmente a la contaminación del aire.

Asimismo, el consumo excesivo de dietas altas en carbono y ricas en carne contribuyó a un estimado de 2,2 millones de muertes en 2019 y se estimó que la demanda europea de alimentos fue responsable de 2,5 toneladas de CO2 equivalente emitido por persona, lo que representa el 37% de la huella de carbono de la persona media en la Unión Europea (los 27 países de la UE después de la salida del Reino Unido).

«Pese a los claros impactos del cambio climático en la salud y las importantes oportunidades para la salud de la acción climática, 23 de los 53 países europeos analizados están asignando fondos públicos para otorgar subsidios generales a los combustibles fósiles, lo que restringe los fondos para los objetivos de descarbonización».

El retraso en la implementación de fuentes de energía bajas en carbono generadas localmente ha hecho que Europa sea susceptible a los precios volátiles de la energía, que alcanzaron valores récord en 2022. La invasión rusa de Ucrania ha demostrado la dependencia excesiva de Europa de los combustibles fósiles, lo que exacerba la crisis energética.

«Mientras el mundo intenta recuperarse de la pandemia, la recuperación se ve obstaculizada por los impactos negativos del cambio climático en la salud y sus determinantes, lo que enfatiza la necesidad urgente de actuar».

En este sentido, The Lancet recuerda que el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático deja claro que Europa debe descarbonizar completamente su sector eléctrico en 2035, y todas las centrales eléctricas de carbón deben estar cerradas en todo el mundo en 2040.

La respuesta de Europa a la guerra en Ucrania ya la crisis energética será importante para configurar la nueva situación geopolítica de Europa. «Incluso como medida temporal, un aumento en el uso del carbón podría sumarse a las aproximadamente 8.000 muertes anuales asociadas con las centrales eléctricas de carbón en el sector doméstico, revirtiendo los avances en salud logrados en la última década».

Además, «el aumento de la dependencia de Europa de los combustibles fósiles aceleraría aún más el calentamiento global, aumentaría la contaminación del aire y sería perjudicial para la salud y el bienestar.

Esperanza

«El plan REPowerEU publicado en marzo de 2022 para acelerar la transición hacia fuentes de energía limpia, brinda esperanza, reafirmando el liderazgo de Europa en sistemas bajos en carbono al proporcionar beneficios económicos directos, soberanía energética y seguridad, la creación neta de empleos más equitativos, y beneficios adicionales para la salud con la reducción de la quema de combustibles fósiles. Los indicadores de este informe muestran que una transición acelerada hacia la energía limpia podría salvar vidas cada año».

«Con un mundo peligrosamente cerca de alcanzar puntos de no retorno impulsados por el clima y una creciente crisis energética, y con la salud de las poblaciones cada vez más socavada por el calentamiento global, Europa se encuentra en un punto crucial. Desarrollar planes de mitigación y adaptación climática con un enfoque en la salud, el bienestar y la equidad como enfoque principal sería la mayor oportunidad de política de salud pública del siglo (…). Europa no puede permitirse el lujo de perder esa oportunidad«.

https://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736(22)01540-9/fulltext

DOI: https://doi.org/10.1016/S0140-6736(22)01991-2